viernes, 24 de abril de 2009

A LA VISTA. EL PROVINCIAL DE BEISBOL.


La XXIII Serie Provincial de béisbol de Holguín, ya está a la vista, ya se siente su proximidad, por ello en cada uno de los catorce municipios holguineros los equipos que estarán discutiendo el título de Campeones que posee en la actualidad los Vaqueros de Calixto Garcia, ya se preparan en sus respectivos territorios.
Sobre la serie provincial, ya se conoce que en estos momentos existen dos variantes, la primera si Holguín logra en definitiva la clasificación a la post temporada de la 48 Serie Nacional y una segunda, si no logran sobrepasar los malos momentos que enfrentan en la recta final.
Si los Cachorros logran el ansiado boleto este tradicional evento beisbolero, tendrá una etapa clasificatoria a partir del 13 de junio y se extenderá hasta el 5 de julio, contaría con la participación de 14 equipos, en representación de igual cantidad des municipios los que estarán distribuidos en dos zonas geográficas, jugándose por el sistema de todos contra todos, a una vuelta, con subseries de tres juegos. Por lo que cada selección jugará solamente 18 juegos en la fase clasificatoria.
Los grupos seguirán siendo los mismos de los últimos tiempos en el oeste: Calixto García, Holguín, Gibara, Cacocum, Urbano Noris, Rafael Freyre y Banes. Mientras que en el este estarán lidiando Mayarí, actual subcampeón, Báguano, Moa, Sagua de Tánamo, Frank País, Cueto y Antilla. Accederán a los play off los dos mejores equipos de cada zona geográfica..
Esta fórmula contará con una serie play off cruzada, del 8 al 11 de julio, de tres juegos a ganar dos, con inicio en terrenos del segundo mejor clasificado. Los dos restantes desafíos tendrán lugar en predios del mejor ubicado. Mientras que la gran final se realizará del 14 al 19 de julio, en serie de cinco juegos a ganar tres, jugándose los dos primeros desafíos en terrenos del mejor segundo clasificado. Los tres restantes juegos, en caso de ser necesarios, se jugarán en predios del oponente.
La segunda variante tendrá fase clasificatoria entre el 7 de mayo y el 20 de junio, contará entonces con la participación de 15 equipos, en representación de igual cantidad de los municipios, pero se le suma una selección Juvenil de la Academia Provincial, este equipo jugará en el grupo del oeste, y al igual que la otra fórmula contará con solo 18 juegos por equipos. La fase de cuartos de finales se celebraría del 23 al 27 de junio, en series de tres juegos a ganar dos, con los enfrentamientos 1 vs 4 y 2 vs 3. La semifinal del 29 de junio al 5 de julio, de cinco juegos a ganar tres y la gran final del 7 al 15 de julio, en un atractivo play off de siete juegos a ganar 4, discutiendo el título provincial de la pelota holguinera en el 2009.
En realidad, esta cantidad de encuentros no complace a los atletas ni entrenadores de los municipios, quienes quieren jugar más, aunque se conocen que las condiciones de los albergues no son las mejores en muchos municipios, pero todos conocen de la gran efervescencia que provoca en cada territorio este certamen que lo esperan cientos de holguineros, este evento es una gran fiesta que hay que cuidar y proteger.




ROBERTO GOMEZ A ESPAÑA.


El joven trebejista mayaricero con media norma de Maestro Internacional, Roberto Gómez Ledo, iniciará en los primeros días del entrante mes de mayo una gira por España, donde estará lidiando en el Circuito Gallego de ajedrez.
Gómez Ledo, es un joven nacido en esta ciudad de Mayarí, que ya posee el título de Maestro FIDE (MF) y acumula un Elo de 2450 y espera ahora lograr materializar sus sueños como ajedrecista,- ” Imagínate, tener la oportunidad de participar en eventos internacionales fuera de Cuba es un privilegio que sabré aprovechar”.- nos aseguró en conversación telefónica.
En la conversación Gómez Ledo recordó a su profesor Carlos Valcárcel (ya fallecido) al quien le dedica todos los éxitos en su corta carrera como ajedrecista, también se expresó con mucho orgullo de su Mayarí natal, municipio por el cual sigue compitiendo a pesar de residir en la capital provincial hace varios años.
Sobre su preparación para tan importante compromiso, nos aseguró que entrena hasta ocho horas diarias con la computadora, participa en algunos eventos, como el Torneo 8 de Marzo que ganó invicto recientemente. “Mi principal propósito es elevar mi Elo y al mismo tiempo completa la norma de MI (Maestro Internacional) y si puedo buscar la primera norma de Gran Maestro”.- confirmó con mucho aliento este joven.

ASDRUBAL BARO UN MAYARICERO DE CLASE.

Estar cerca de Asdrúbal Baró Hernández no solo significa permearse de los buenos modales que lo han caracterizado, sino también insuflarse de un contagioso espíritu beisbolero pletórico de experiencias adquiridas en disímiles diamantes.
Y es que este augusto hombre de béisbol, traído al mundo en este poblado de Mayarí, actual provincia de Holguín, el 21 de noviembre de 1926, ha dedicado su existencia a dignificar el pasatiempo nacional cubano por excelencia.
Baró, cuya vocación se definió casi desde la cuna, creció y se desarrolló en un ambiente hostil a sus sueños más señeros, pues de manera respetuosa tuvo que enfrentar la oposición paterna a que fuera pelotero, ya que debía aprender un oficio.
Mas, él no cejaba en su empeño de entregarse al deporte de las bolas y los strikes por entero, y se inició oficialmente con el equipo Preston, que participaba en ligas desarrolladas en circuitos del norte de su provincia.
En 1945 tuvo un debut exitoso con la escuadra Caimanera, de la Liga Amateur de Oriente, y corroboró sus potencialidades con la misma formación al año siguiente; ya no quedaban dudas: Baró sería el pelotero que siempre quiso ser.
Sin embargo el veinteañero, que aún era perseguido por el requerido aprendizaje de un oficio, fue enviado a Matanzas por decisión maternal- ya entonces su padre había fallecido- para que un tío lo encaminara en la mecánica.
Pero él ya había hecho causa común con la pelota y nada lo detendría.
En 1947 ingresó a la muy fuerte Liga de Pedro Betancourt con el Club Jalsia, desde donde se trasladó al conjunto Matanzas, de la Liga Central de Santa Clara.
Allí su desempeño fue tan soberbio que finalizó como líder de los bateadores, con un promedio por encima de los ensoñadores .400, quedando por delante de figuras ya establecidas como Roque Contreras y Julito Bécquer.
Ese quehacer de Baró, tanto madero en mano como con el guante en los jardines, llamó poderosamente la atención de Napoleón Heredia, un "viejo zorro" del béisbol, que oficiaba como asistente del Cienfuegos y quien presagió en el mulato oriental un futuro prospecto para la Liga Profesional Cubana.
Ya en ese momento el joven de 5.9 pies de estatura y 165 libras de peso había pulido sus facultades en todos los aspectos del juego, a tal grado que no demoró en ser firmado para el Almendares por Julio Sanguily, y siempre a la vera de su descubridor Napoleón.
Realmente, Baró no tuvo muchas opciones en 1951 como reserva de los azules.
Pero su posterior paso por el campo de entrenamiento de los Dodgers en Vero Beach, y, más aún, su inserción en el equipo Santa Bárbara, sucursal del Brooklyn (triple A) ese propio año, fueron los hechos que lo catapultaron hacia nuevas alturas.
Su inclusión en el Miami Sun Sox en 1953 reafirmó su valía e integró el conjunto Todos-Estrellas de la Liga de la Florida.
Tales méritos en esas lides del aún casi bisoño Asdrúbal se magnifican si tomamos en cuenta que sólo seis años atrás se había roto la barrera racial en los Estados Unidos y este tuvo que soportar privaciones en ese sentido que de una u otra forma socavaban su status psicológico en el terreno.
Un año después, sería un integrante destacado dentro de los Cuban Sugar Kings, escuadra en la que militó hasta 1958.
Baró siempre se caracterizó por ser un bateador oportuno.
Jugando con los Cubans (triple A), muchos fanáticos recuerdan los dos jonrones decisivos conectados en el Gran Estadio del Cerro, en días sucesivos, contra el Buffalo, así como el que logró a costa del Richmond cuando el triunfo parecía irse de las manos cubanas.
En el ámbito doméstico, estuvo con el Almendares en 1953, y ya en febrero de 1954 participó con ese propio conjunto en la VI Serie del Caribe, celebrada en Caguas, Puerto Rico.
Ese equipo, que estuvo dirigido por Bobby Bragan, concluyó en el segundo lugar de la lid detrás del Caguas, y estuvo conformado además por luminarias como Héctor Rodríguez, Conrado Marrero, Willie Miranda, Ángel Scull y Oscar Sardiñas.
Una discutida transacción de la dirección azul llevó a Baró al Marianao en 1954.
Mas, nuevamente en ese momento resurgió el problema racial, pues los Senadores de Washington, quienes tenían sus miras puestas en el ascendente jardinero, ya habían completado el cupo aceptable de "jugadores de color" dentro de su franquicia y éste no pudo acceder a la "Gran Carpa" por ese motivo.
En los campeonatos profesionales cubanos de 1956 y 1957 tuvo actuaciones protagónicas - quedó segundo de los bateadores - y ganó igualmente las Series del Caribe en las que participó.
Dos años más tarde, en 1959, se trasladó al Club Habana, con el que rindió notables actuaciones hasta la erradicación del profesionalismo en la isla en 1961. Entonces, y aún en plenitud de facultades, siguió jugando en la Liga Profesional Mejicana.
Entre sus actuaciones más recordadas allí está la realizada en 1961 con los Rojos del Águila, conjunto que ganó el campeonato de ese año bajo las órdenes de Santos Amaro, y en el que Baró alcanzó un promedio de bateo muy por encima de .300.
Su retiro como jugador activo sobrevino en 1964 con el Campeche, e inmediatamente regresó a Cuba para poner su magisterio en función del desarrollo de esa disciplina en su país de origen.
Así, se insertó en los Azucareros como entrenador de bateo en la IV Serie Nacional de Béisbol en 1964 y luego pasó por su estreno como piloto de los Centrales en la V Serie- aquella de los 19 y un tercio de innings y los dos no hit-no run consecutivos lanzados por Aquino Abreu.
Fue también pionero del desarrollo beisbolero pinareño en la VII Serie y trató de enmendar los resultados de un maltrecho equipo matancero, siempre como un caballero ejemplar para todos los pupilos bajo su batuta.
Hoy, y siempre con su perenne sonrisa a flor de labios, Asdrúbal Baró Hernández continúa ligado al béisbol ya sea desde su "trabajo" en uno de los palcos bajos del Estadio Latinoamericano o en la peña del Parque la Normal, del populoso barrio del Cerro.
El ícono sigue soñando y expresa con optimismo, a la altura de sus 81 años, que si volviese a nacer sería pelotero nuevamente, porque el béisbol es su vida.
Por Rogelio A. Letusé La O 07/02/2008
(Tomado de Prensa Latina)

LERIS AGUILERA, SE CONSAGRA.


El mayaricero Leris Aguilera Portilla, tal como esperaban todos los aficionados de este territorio, se ha convertido en la actual 48 Serie Nacional en la principal figura de la ofensiva holguinera en el mayor clásico del béisbol cubano.

Leris, nieto de uno de los principales toleteros que ha jugado en este municipio, Julio Portilla Ramos, quien jugó para los fabulosos Mulos de Nicaro en la década del cincuenta y más tarde destacado entrenador y director de los equipos Pineros ha alcanzado su consagración después de varios años de espera.

En estos momentos este fornido pelotero de 23 años de edad ha impuesto varios record para equipos holguineros en series nacionales, superando todos los registros establecidos por otros atletas en certámenes anteriores.

Con sus 21 cuadrangulares, Leris superó los 16 del banense Jorge Cruz impuesto hace 20 años. A estos vuelacercas se les unen 22 dobletes para acumular 43 extrabases, dos más que los conseguidos por el calixteño Yoanis Quintana en el 2004.

En el recorrido de bases, Leris también dejó atrás la marca 176 del propio Quintana, ya que en la presente serie el joven mayaricero ya lo elevó a 189 y sus 75 carreras impulsadas hablan a las claras de su consagración.

Aún faltan varios juegos al conjunto Holguín en la presente temporada, por lo que los mayariceros, en especial los nicarenses seguimos esperando nuevas marcas de esta joven figura que ya se codea con los mejores peloteros de Cuba.

Detrás de Leris, viene su primo Freddy Portilla Castillo, hijo de Julito Portilla, ex lanzador y trabajador de la Empresa Constructora, quien juega en la categoría 15-16 años, en la que se desempeña como inicialista y receptor con muy buenos resultados, por lo que se espera muy pronto contar con él en los equipos Mayarí en eventos provinciales.

Convencidos estamos que con atletas de tanta disciplina, consagración y entrega, este municipio volverá a reinar en el béisbol holguinero.