La pregunta que lleva como título este
trabajo me la estoy haciendo cada día que transcurre en esta ciudad capital del
municipio mayaricero, me la hago, cuando me doy vueltas en busca de noticias
poco más de las cinco de la tarde, por las áreas deportivas, el sol todavía
quema y nos hace sudar, alumbra con claridad todos los rincones, solo veo a los
amantes del fútbol popular en el estadio, en la cancha Paquito González o en
cualquier terreno yermo, gracias a apasionados “atletas” que se empeñan en
demostrar sus avances técnicos. Las clases o los entrenamientos que debían
comenzar a las cuatro, ya terminaron, ni un minuto más, dirán los técnicos,
solo los de gimnasia artísticas se mantienen hasta las seis. ¿Y qué decir de
los fines de semanas, principalmente los sábados después del medio día y los
domingos? Así pasan los días, las semanas, los meses pasan los días, las semanas y el deporte no se
ve, va desapareciendo.
Cientos de profesores, en su gran mayoría con
títulos universitarios llenan las plantillas en cada uno de los Combinados
Deportivos, sobrepasan los setecientos en el municipio, quienes temprano en las
mañanas de cada jornada firman las entradas o el inicio de la jornada, en un
alto por ciento regresan a casa “a resolver sus problemas” siempre y cuando no
haya una reunión de las tantas que se planifican para ocupar el fondo de
tiempo, otros como el profesor Vaillant y sus compañeros de boxeo, van a llenar
papeles, más papeles, los mismos de todos los días, porque todos los días
cambian de formatos de orientación.