martes, 6 de octubre de 2015

¿A QUIEN QUEREMOS ENGAÑAR?



La pregunta que lleva como título este trabajo me la estoy haciendo cada día que transcurre en esta ciudad capital del municipio mayaricero, me la hago, cuando me doy vueltas en busca de noticias poco más de las cinco de la tarde, por las áreas deportivas, el sol todavía quema y nos hace sudar, alumbra con claridad todos los rincones, solo veo a los amantes del fútbol popular en el estadio, en la cancha Paquito González o en cualquier terreno yermo, gracias a apasionados “atletas” que se empeñan en demostrar sus avances técnicos. Las clases o los entrenamientos que debían comenzar a las cuatro, ya terminaron, ni un minuto más, dirán los técnicos, solo los de gimnasia artísticas se mantienen hasta las seis. ¿Y qué decir de los fines de semanas, principalmente los sábados después del medio día y los domingos? Así pasan los días, las semanas, los meses  pasan los días, las semanas y el deporte no se ve,  va desapareciendo.
Cientos de profesores, en su gran mayoría con títulos universitarios llenan las plantillas en cada uno de los Combinados Deportivos, sobrepasan los setecientos en el municipio, quienes temprano en las mañanas de cada jornada firman las entradas o el inicio de la jornada, en un alto por ciento regresan a casa “a resolver sus problemas” siempre y cuando no haya una reunión de las tantas que se planifican para ocupar el fondo de tiempo, otros como el profesor Vaillant y sus compañeros de boxeo, van a llenar papeles, más papeles, los mismos de todos los días, porque todos los días cambian de formatos de orientación.

Cuando anuncian una competencia de béisbol,  solo asisten tres o cuatro pequeñines por combinados, porque ahora solo se hacen “presentaciones”, ya ningún Combinado es capaz de formar un equipo de béisbol, eso dice bastante. Supongo que estos eventos no tengan presupuestos ni de meriendas ni otros gastos, por qué tendríamos que hacernos otras preguntas. Se reúnen los técnicos de béisbol, forman dos equipos y a jugar para ver qué saben hacer esos niños y ahí seleccionan a quienes  representarán días más tarde a Mayarí en el Campeonato provincial…
¿Campeonato provincial? Sí, que era muy esperado por los niños que se iniciaban en la vida deportiva, también han desaparecido, ahora se convirtieron en un certamen reducido a la mínima expresión, que sirve para volver loco a los que tengan la responsabilidad de dirigir los equipos, tras esperar un año, menos mal que la preparación fue solo de unas semanas antes del certamen, solo se juegan tres o cuatro juegos de solo siete entradas, tienen por obligación que utilizar tres bateadores ambidextros que nadie a preparado ni enseñado, al mismo tiempo hay que utilizar a todos los jugadores en el certamen, hay que utilizar también a los zurdos, los pitcher tiene que lanzar ciertas cantidad de entradas y si fallas en una de esas precisiones, pierdes los juegos que ha ganado.  
Recientemente me invitaron al  pleno municipal de corresponsales y peñas deportivas, donde solo constaté a un corresponsal, tampoco vi a ningún peñista, todos eran  los asistentes eran  funcionarios del INDER, metodólogos, entrenadores, quienes han asistido para formar “bultos”,  “quórum”, para escuchar los informes llenos de respetuosas  cifras y que nadie cuestionan. Yo me sigo preguntando, ¿a quién queremos engañar?
Sabemos que los técnicos de la recreación marchan a la vanguardia, porque con sus programas “a jugar” y sus tracciones de sogas, movilizan a los niños de los distintos barrios sedientos de actividades recreativas. En muchos lugares se olvidad de los profesores de educación física.

Lamentablemente  se perdieron los calendarios delas categorías mayores, después que cumples dieciséis años, ya no tiene eventos ningunos, desapareció los CARONI (Juegos de los trabajadores del municipio), se perdieron los juegos que auspiciaba la Central de Trabajadores de Cuba, la Copa de softbol Lázaro Peña que movilizaba a cientos de trabajadores-atletas.
Nuestra forma de ver las cosas, nos dice que se perdió el amor al deporte,  las motivaciones de defender al barrio, a la comunidad en las competiciones.
Sabemos que hay limitaciones de implementos deportivos, de transportes para los topes, pero los que recuerdan el nacimiento del INDER recordarán que con amor, los activistas (también desaparecidos) sin materiales, ni transporte el deporte cubano tomó una fuerza enorme, y solo porque había amor y motivaciones, que eso ni se vende ni se exporta.
Mientras los informes estén llenos de cifras respetables, nadie de los que hoy dirigen se preguntará de dónde salen, estarán conforme con los “fantasmas” que les han presentado. Ahora me pregunto, ¿Engañamos a nuestros dirigentes o se dejan engañar?







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