La pregunta que lleva como título este
trabajo me la estoy haciendo cada día que transcurre en esta ciudad capital del
municipio mayaricero, me la hago, cuando me doy vueltas en busca de noticias
poco más de las cinco de la tarde, por las áreas deportivas, el sol todavía
quema y nos hace sudar, alumbra con claridad todos los rincones, solo veo a los
amantes del fútbol popular en el estadio, en la cancha Paquito González o en
cualquier terreno yermo, gracias a apasionados “atletas” que se empeñan en
demostrar sus avances técnicos. Las clases o los entrenamientos que debían
comenzar a las cuatro, ya terminaron, ni un minuto más, dirán los técnicos,
solo los de gimnasia artísticas se mantienen hasta las seis. ¿Y qué decir de
los fines de semanas, principalmente los sábados después del medio día y los
domingos? Así pasan los días, las semanas, los meses pasan los días, las semanas y el deporte no se
ve, va desapareciendo.
Cientos de profesores, en su gran mayoría con
títulos universitarios llenan las plantillas en cada uno de los Combinados
Deportivos, sobrepasan los setecientos en el municipio, quienes temprano en las
mañanas de cada jornada firman las entradas o el inicio de la jornada, en un
alto por ciento regresan a casa “a resolver sus problemas” siempre y cuando no
haya una reunión de las tantas que se planifican para ocupar el fondo de
tiempo, otros como el profesor Vaillant y sus compañeros de boxeo, van a llenar
papeles, más papeles, los mismos de todos los días, porque todos los días
cambian de formatos de orientación.
Cuando anuncian una competencia de béisbol, solo asisten tres o cuatro pequeñines por
combinados, porque ahora solo se hacen “presentaciones”, ya ningún Combinado es
capaz de formar un equipo de béisbol, eso dice bastante. Supongo que estos
eventos no tengan presupuestos ni de meriendas ni otros gastos, por qué
tendríamos que hacernos otras preguntas. Se reúnen los técnicos de béisbol,
forman dos equipos y a jugar para ver qué saben hacer esos niños y ahí seleccionan
a quienes representarán días más tarde a
Mayarí en el Campeonato provincial…
¿Campeonato provincial? Sí, que era muy
esperado por los niños que se iniciaban en la vida deportiva, también han
desaparecido, ahora se convirtieron en un certamen reducido a la mínima
expresión, que sirve para volver loco a los que tengan la responsabilidad de
dirigir los equipos, tras esperar un año, menos mal que la preparación fue solo
de unas semanas antes del certamen, solo se juegan tres o cuatro juegos de solo
siete entradas, tienen por obligación que utilizar tres bateadores ambidextros
que nadie a preparado ni enseñado, al mismo tiempo hay que utilizar a todos los
jugadores en el certamen, hay que utilizar también a los zurdos, los pitcher
tiene que lanzar ciertas cantidad de entradas y si fallas en una de esas
precisiones, pierdes los juegos que ha ganado.
Recientemente me invitaron al pleno municipal de corresponsales y peñas
deportivas, donde solo constaté a un corresponsal, tampoco vi a ningún peñista,
todos eran los asistentes eran funcionarios del INDER, metodólogos,
entrenadores, quienes han asistido para formar “bultos”, “quórum”, para escuchar los informes llenos
de respetuosas cifras y que nadie
cuestionan. Yo me sigo preguntando, ¿a quién queremos engañar?
Sabemos que los técnicos de la recreación
marchan a la vanguardia, porque con sus programas “a jugar” y sus tracciones de
sogas, movilizan a los niños de los distintos barrios sedientos de actividades
recreativas. En muchos lugares se olvidad de los profesores de educación
física.
Lamentablemente se perdieron los calendarios delas categorías
mayores, después que cumples dieciséis años, ya no tiene eventos ningunos,
desapareció los CARONI (Juegos de los trabajadores del municipio), se perdieron
los juegos que auspiciaba la Central de Trabajadores de Cuba, la Copa de
softbol Lázaro Peña que movilizaba a cientos de trabajadores-atletas.
Nuestra forma de ver las cosas, nos dice que se
perdió el amor al deporte, las
motivaciones de defender al barrio, a la comunidad en las competiciones.
Sabemos que hay limitaciones de implementos
deportivos, de transportes para los topes, pero los que recuerdan el nacimiento
del INDER recordarán que con amor, los activistas (también desaparecidos) sin
materiales, ni transporte el deporte cubano tomó una fuerza enorme, y solo
porque había amor y motivaciones, que eso ni se vende ni se exporta.
Mientras los informes estén llenos de cifras
respetables, nadie de los que hoy dirigen se preguntará de dónde salen, estarán
conforme con los “fantasmas” que les han presentado. Ahora me pregunto,
¿Engañamos a nuestros dirigentes o se dejan engañar?
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