Cuando estamos todos los holguineros en espera de conocer la fecha de inicio del campeonato Provincial de béisbol, así como la estructura que tendrá, porque cada año se está jugando menos, quiero reflexionar sobre nuestro béisbol, la pasión del cubano, que forma parte de la idiosincrasia de cada uno de nosotros sin importar el lugar de residencia.
En estos tiempos que cuando no faltan los guantes, faltan las pelotas sino los bates, o simplemente la oportunidad de celebrar topes de confrontación porque el transporte no está al alcance de los directivos que deben garantizarlos, me he limitado durante muchos años el dar pronósticos precompetencias de los Campeonatos provinciales de béisbol, el evento de mayor arraigo de cada territorio cubano y que poco a poco han ido eliminando los de arriba, “porque esa es una liga de la vianda, ya no salen peloteros, es gastar balas por gusto”, dicen los especialistas de la comisión provincial y hasta mis colegas, quienes aseguran que “ya el equipo para la serie nacional está hecho, la base está ahí” , por eso falta también la motivación de los atletas jóvenes en los municipios y prefieren tomarse los fines de semanas en actividades recreativas pocos saludables en vez de tomar los implementos e irse a un terreno a echar sus pitenes como en otros tiempos que el béisbol era de verdad el deporte nacional, porque se practicaba en los barrios, en los centros de trabajos, en las escuelas, ahora solo es de las capitales de provincia.
Hoy, todavía se dice, que el hombre nacido en este país que no haya jugado pelota aunque sea en la infancia no es cubano, pero hoy también podemos asegurar que dentro de 2 ó 3 años, se podrá afirmar que muy pocos cubanos existen porque apenas se juega béisbol. Se han perdido todas las competiciones a nivel de base, ya los solares yermos han desparecidos por una u otra razón y las pocas instalaciones beisboleras que quedan están en muy malas condiciones.
A esto hay que añadir que por razones bien conocidas los eventos municipales pasaron al olvido, en algunos territorios no se celebran ningún tipo de certamen, mientras otros efectúan eventos relámpagos de dos o tres fines de semanas para escoger a los peloteros que asistirán a la preselección municipal, donde los tradicionales veteranos siguen campeando por sus respetos porque el relevo, de verdad no aparecen. ¿Pero quien se preocupa por esto?
En nuestra provincia solo dos municipios Baguanos y “Calixto García” son los que mantienen sus campeonatos de base donde participan miles de atletas divididos en más de 40 equipos que reciben el apoyo de las Cooperativas Campesinas y los distintos colectivos obreros. ¿De dónde salen las pelotas que utilizan? Solo ellos saben como la consiguen. Pero estos se efectúan por iniciativas propias, no existen directivas, y me alegro, porque cada territorio debe aprovechar sus potencialidades, pero por qué en otros territorios esto no se hace.
Un engranaje en nuestro pasatiempo nacional no debe estar funcionando, pues la Comisión nacional no le interesa ni cuantos ni como se juega los eventos provinciales, y la Comisión Provincial ni se entera de los campeonatos municipales, y a esta instancia no exige las eliminatorias de base, la más importante de todas.
A ese desinterés por los de abajo hay que añadirles que muy pocos juegos de las Series Nacionales llegan a los municipios, porque los terrenos no están acorde a las exigencias de la máxima dirección de la pelota cubana. ¿Acaso se olvidó alguien que esos atletas que asisten a los eventos nacionales se hicieron o salieron de esos terrenos y de otros más intrincados de nuestra geografía?
Todos los días se escucha a los comentaristas de la radio, televisión y prensa plana anunciado y exigiendo un techo mayor para la pelota cubana, pero, ¿un techo sin bases? Sin lugar a dudas debe derrumbarse, recuerdo ahora una frase que escuché, no se donde ni cuando, pero se ajusta a este comentario…” …un árbol tendrá frutos frondosos y sus hojas serán hermosas si sus raíces son fuertes y bien cuidadas”.
Por eso en estos tiempos que Cuba ha perdido la hegemonía mundial del béisbol, se hace necesario revisar la salud de nuestro béisbol, y que nadie se imagine porque se jueguen 90 juegos en las Series Nacionales se celebren selectivas nuestro techo subirá a donde subió cuando el árbol del béisbol cubano tenía sus raíces bien puesta en el corazón de cada cubano.
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