Con su tradicional fortaleza y efectividad en el ataque, unido a un destacado trabajo en la net, los discípulos de Orlando Samuels conquistaron 11 triunfos y sufrieron un único revés en la fase clasificatoria para un saldo de 28 puntos, sólo superados por el multicampeón Brasil (29 unidades).
La juventud de los antillanos y la falta de topes internacionales provocaron, en más de una ocasión, la pérdida del ritmo en los partidos y bajas en el rendimiento del equipo, pero en esta ocasión los integrantes supieron reponerse y salir victoriosos en sus encuentros, con una gran combatividad y confianza en su juego.
A las deficiencias internas se sumaron algunas decisiones cuestionables de los árbitros, quienes influyeron notablemente en el estado psíquico de los caribeños, monarcas del certamen en 1998 y subcampeones en 1991, 1992, 1994, 1997 y 1999.
El liderazgo asumido por el capitán Robertlandy Simón, la seguridad ganada por Keibel Gutiérrez en la posición de líbero, el progreso de Raidel Hierrezuelo como pasador y la potencia de los atacadores auxiliares y de los opuestos constituyen hoy los pilares fundamentales del conjunto cubano.
Además el protagonismo adquirido por Fernando Hernández, Rolando Cepeda y Henry Bell facilitaron una mayor potencia en el ataque y relevancia de los jugadores suplentes.
Los puntos concedidos por errores, la defensa de campo y el ataque dirigido aparecen entre las carencias pulidas por la selección y constituyeron factores determinantes en las victorias de la etapa eliminatoria.
A esta nueva generación de voleibolistas le falta madurar sobre la cancha y lograr un acople de todos sus integrantes, pero la actuación de la ronda clasificatoria demuestra las grandes posibilidades del equipo de reconquistar el cetro.
Los progresos de esta selección se dejaron entrever desde el 2008, cuando ganó la Copa América de Brasil-2008 y luego alcanzó el cuarto lugar en la final de la Liga Mundial de 2009.
También consiguió la corona del torneo de Norte, Centroamérica y del Caribe de Bayamón-2009 al derrotar en la final a Estados Unidos, campeón olímpico de Beijing-2008, y logró además el único boleto en disputa para Copa de Campeones, prevista para noviembre próximo.
La joven selección cubana enfrentará en la ronda decisiva a Italia, país que cuenta con la mejor liga del mundo, y a Rusia, monarca de la justa en el 2002 y siempre aspirante al primer puesto.
Los rusos serán el primer obstáculo para los antillanos el 22 de julio y un día después encararán a los italianos, máximo ganadores en estas lides junto a Brasil con ocho títulos.
El equipo cubano deberá reducir al máximo sus errores y mantener el mismo nivel de juego durante todos los partidos frente a los europeos, para retornar al podio de premiaciones, que no pisan desde el 2005, cuando alcanzó la medalla de bronce.(Tomado de Prensa Latina)
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