lunes, 27 de junio de 2011

EL BEISBOL ES USTED, BABY CESAR.

Baby César, hoy
Para José “Baby” César César, la vida fue siempre dura, desde que vino al mundo el 25 de setiembre de 1932 en Gran Tierra, municipio de Baracoa, por ello sus padres y sus hermanos buscando mejorar su modo de vida recorrieron varios municipios orientales ; Miranda, Guantánamo, Cueto, Mayarí hasta llegar a Preston donde encontraron las mejores condiciones, aunque, las cosas siguieron siendo muy difíciles.”..porque para ganarnos la vida o ayudar a mi madre, todos teníamos que vender carbón, turrones, pudín, prú, tamales con una carretilla si podía con ella, porque éramos pequeño, por ellos no tuvimos oportunidad apena de asistir a la escuelita que había en Brooklyn, a la entrada del batey, allí llegué hasta quinto grado.”.- ´nos aseguró Baby al recordar aquellos tiempos que no desea ni recordarlos.
El trabajo y la situación económica se hacía cada vez más difícil, pero un día se cansó y se dijo, ”quiero y debo hacerme pelotero”.
Carratalá, Agusto Ricardo y otros con mucha calidad.
En aquellos tiempos no existían entrenadores no nadie que pudiera enseñarte nada, todo dependía del atleta, del pelotero, “ si tu entrenaba, te entregabas, trabajabas para llegar y tenía cualidades podía llegar, por ello observaba mucho a Preston Gómez, los hermanos Bacardí, muy buenos en el terreno en aquellos tiempos aquí, al igual que Carlos Rodríguez, Augustico Ricardo y otros, existían peloteros muy sacrificados, que entrenaban después de sus horas de labor en el Central y esa era la clave, el sacrificio que se hiciera para llegar, para cumplir tu meta y yo me había hecho una, llegar lejos.”
Baby César, se inició en béisbol jugando los solares yermos del batey como el “Terraplén” , “el tráfico” , “la marea” donde se jugada, según él, una pelota mala con guantes de retranqueros, pelotas con esparadrapos o teypes, los bates se hacían con patas de mesas, de pino de los que fuera, pero nunca tuvo la oportunidad de jugar con el equipo de Preston porque abundaban los segundas bases de calidad como Dieguí, Armando Carratalá y otros.

Equipo Preston.

Cuando la imposibilidad de trabajar en Preston aumentaba, un amigo suyo, García Lima, le propuso trabajo en la recién fábrica de Nicaro, allí lo contrataron como recogedor de yerba, “cuando llegué me encontré con Gorrita Vázquez, que vino de Santiago de Cuba, también estaba Guámpiro, Carlos Oroz y otros, pero todos estaban en lo mismo, en busca de trabajo, allí empezamos a practicar bajos las orientaciones de “Huesito Vargas” a partir de las 5,00 de la tarde, siempre después de la jornada de trabajo.”
Allí practicó como segunda y short stop, hasta que quedó oficialmente en el equipo Nicaro para participar en la Liga Popular Amateur en Oriente, más tarde este seleccionado fue nombrado Mulos de Nicaro por la corpulencia de sus integrantes y los batazos que daban, aunque..” yo, era el más flaco de todos, imagínate que después que comencé a jugar pelota me sacaron de la “recogedera de yerba” y me pusieron como ayudante de Ernesto Arias, un lanzador de los buenos que teníamos, que se desempeñaba como albañil, pero yo no podía con los bloques aquellos.”
Allí había que tener disciplina, sentido de responsabilidad y entrega completa, para poder hacerte pelotero, era la única forma de llegar.
Baby César en sus años mozos.
Y LLEGÓ.
En 1955, viaja Baby César a Jaronú, Camagüey, donde participó en el Campeonato de la Liga Azucarera y después viajó a la capital cubana donde se encontró con otro mayaricero, Asdrúbal Baró quien jugaba profesional con Almendares, este lo invitó a entrenar en el Cerro donde los scouts diariamente visitaban para buscar talentos,- “ ese era mi objetivo, mi meta, hacerme profesional, en esos tiempos se hablaba mucho del profesionalismo, así podía ayudar a tu familia y eso yo tenía que lograrlo.-“ y agregó.-“ Baró me prestó un guante, un par de spikes y me fui al terreno, lo hice todo bien, pero no vi nada claro.”
“Regresé a Nicaro para seguir trabajando y jugar mi pelota, pero allí fueron dos señores, uno de apellido Pacheco y un tal Corito Varona de los Cubang Sugar King, quienes me entregaron 400 pesos y firmé como ocho papeles, imagínate ya tenía a mis hijos Zaida y Manolo, nunca antes había visto tanto dinero juntos; ahora las cosas era esperar el viaje para el extranjero”
TREMENDO RECIBIMIENTO.
El 13 de marzo de 1957 llega a la capital cubana José “Baby” César, su sueño se cumplía, caminaba por Prado, buscando la calle Tejadillo donde se encontraba el Hotel Canadá, lugar donde se hospedaban los peloteros del interior de la isla que más tardes viajarían para Estados Unidos hacer su vida de profesionales, pero ese día José Antonio Echevarría y otros estudiantes asaltan el palacio Presidencial, por ello; “ Yo, venía del campo, no había oído radio ni nada, no sabía qué estaba pasando, veo unos guardias con armas largas que vienen hacia mí, me mandan a detener, me ordenan recostarme a la pared, me registran y le dieron un culetazo a mi maletica de cartón toda, que me había costado 0,75 centavos que la desbarataron, después es que me preguntan qué quien soy y en que andaba,.” Baby nos enseña la piel que se eriza, porque de haber tenido algo comprometido en aquella maleta, hoy no tuviera haciendo el cuento.
Después del susto, los propios guardias los llevaron hasta el Hotel, donde aparecía en un listado de atletas de los Cubang que esperaban, uno de los uniformados le explicó que estaba pasando, les manifestó que el asalto al Palacio tenía a los guardias un poco alterados, les deseó éxito en su viaje como peloteros profesional y quedó entre sus nuevos compañeros.
VIAJE HACIA EL SUEÑO, NUEVOS TROPIESOS.
Un día después de los sucesos de Palacio, José Baby César y otros cubanos viajan hacía Miami, Estados Unidos, donde se encuentra nuevos obstáculos, el racismo; “..en Douglas Georgia, donde entrenábamos no nos hablaban del racismo, pero tú lo veía, los blancos para allá en el Hotel, los de color para otro lado, tampoco podía meterte en cualquier lugar, los cubanos que estaban allí nos lo decían.”.- pero nada de eso detuvo las aspiraciones, ni cambió las ideas de Baby César, él quería hacerse peloteros y solo le interesaba fildear rolling y fly, batear, correr y convencer a sus directivos que se podía contar con él.
Cuando hicimos equipo en clase C, allí estaban Diego Segui, José Tartabull y nos dábamos ánimos para seguir adelante, luego fuimos a Canadá, donde jugué mi primer campeonato, hice el equipo Estrellas. También jugó en categorías mayores de doble AA y triple A. Tuvo actuación destacada en Estados Unidos, Nicaragua, Canadá y otros países latinoamericanos.
Así fue la vida profesional de Baby César, la que se extendió hasta 1961 que decide regresar a Cuba, para unirse a su familia y al deporte revolucionario.
EN LA PELOTA REVOLUCIONARIA.
Al llegar a Cuba, Baby César es enviado a entrenar los equipos de Pinar del Río, participó con ellos en los torneos zonales nacionales de occidente que se efectuaban en ese entonces, por lo que podemos asegurar contribuyó en los inicios del béisbol pinareño, más tarde estuvo en Santiago de Cuba trabajando con la Comisión Provincial de béisbol hasta la división política que vino para Holguín y militó como entrenador en las primeras series nacionales con el conjunto de la provincia. También condujo equipos Pineros, Mayarí y hasta el del Central Guatemala en la Liga Azucarera.
Muchos peloteros de este municipio de Mayarí como Jorge Francis, Heberto Bermúdez, Jorge Franco, Rafael Araujo, Félix Merencio, Walter Laborde, Héctor Cortina, Eusebio Bravo, les deben mucho a Baby César como entrenador, su preocupación constante siempre lo caracterizó, también trabajó fuerte con los desaparecidos Ricardo Bent, Norge Sandó, Víctor Ruiz, Erick Ramírez y otros muchos que escapan de la memoria.
PERO…
Desde hace más de una década, Baby César se siente olvidado, “ ya no me llaman, ni a los municipales, todavía me siento fuerte, los licenciados no quieren nada con los veteranos.”
Pero, Baby César en estos momentos debe de descansar de tantos años de trabajo, lo mismo en el terreno enseñando a las nuevas generaciones como en la construcción de estadios, porque él con el apoyo de la administración del Central Guatemala recuperaron en una ocasión el estadio Addiel Navarro, “ ese es otra de mis dolencias, está ahí desbaratándose, no se juega, no se entrena, ya no da atletas.”
Sabemos que usted siente deseos de seguir ayudando, sus años no se los permiten, pero tranquilo, que en Mayarí el béisbol es usted, Baby César.

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