El público no respetó el sol. |
Hace pocas horas el silencio y la calma
regresó a la cancha Paquito González Zaldívar del municipio holguinero de
Mayarí, tras cinco días de intensa actividad y emociones en el torneo
provincial de baloncesto primera categoría rama varonil muy bien organizado por
la comisión de la disciplina que en pleno se mantuvo todo el tiempo en este
territorio.
El evento contó con calidad, si la
calidad que hoy puede tener un territorio que ha perdido mucho terrenos tantos
para jugar en los barrios, escuelas, municipios, así como en el camino hacia la
cima del baloncesto nacional, hubo rivalidad, hubo competitividad,
principalmente entre los conjuntos que lidiaron en las semifinales y final,
Mayarí, Holguín, Moa y Sagua, pero no se le puede quitar méritos ni a “Calixto
García” ni a “Urbano Noris” que aunque
no alcanzaron victorias algunas aun demuestran garras en el terreno, las
carencias de figuras con experiencias en
eventos nacionales recientes en sus nóminas los desmotivó, pero lucharon.
Cacocum lamentablemente nunca llamó ni se
supo el por qué no vino, su ausencia redujo el calendario, algo que hay que
tener presente para los próximos años, porque los conjuntos que pasaron a la
postemporada del evento solo efectuaron
cuatro juegos, mientras que los restantes solo dos, y si el baloncesto
holguinera necesita de algo fundamental, es precisamente el jugar, jugar y
seguir jugando.
Para los próximos años habrá que tenerse
en cuenta que municipios como Frank País, Antilla, Banes, Cueto y Gibara han
tenido historia en esta disciplina de tanta creatividad. Si sabemos los de las
limitaciones económicas, si asisten más de los que vinieron a Mayarí en estos
días, no podrán recibir la alimentación en el mejor restaurant del territorio,
como ocurrió, pero habrá que buscar fórmulas para garantizar una buena
asistencia al evento provincial para escoger a quienes asistirán al torneo de
ascenso.
Pero como ocurre en todo, siempre hay un
pero o varios peros, para los
mayariceros fue un reto este certamen, las gradas se abarrotaron de público en
cada jornada, pero están sin techo y a pesar de ello, no impidió que en la
jornada del adiós se repletaran nuevamente para apoyar a su casa sin importar
la intensidad del astro rey, hay que pensar en la cubierta, ya que el resto es
el fruto del amor de un hombre llamado Eduardo Salas, quien con recursos
propios, pidiendo aquí y allá, logró esa pequeña grada tan necesaria para los
mayariceros.
Para bien, privilegio y alegría de los
dirigentes del territorio se repartieron lindas medallas de oro, plata y
bronce, gracias a la gentileza de un mayaricero Pedro Tamayo que cumple
colaboración en México donde impulsa el deporte entre los escolares de ese
hermano país, que la aportó al territorio y todos se los agradecemos.
Mayarí
ganó este certamen, por mucho que he indagado nadie recuerda que esto
haya ocurrido en otra ocasión, por lo que puedo asegurar que este fue el primer
gran triunfo del baloncesto mayariceros, si se ganaron eventos escolares y en
los desaparecidos juegos obreros, pero en la primera categoría es la primera
vez, por lo que esperamos que la dirección de deportes los tenga en cuenta y ya
que nunca abanderó a su selección ni le pidió resultados algunos, puedan
celebrarle el triunfo con alguna actividad recreativa que bien se los merecen.
Este torneo al igual que los restantes ha
despertado nuevamente el interés por el baloncesto en este territorio, buena
oportunidad para convocar a torneos, competencias en los distintos niveles,
recuperar la desaparecida Copa Radio Mayarí o las competencias entre centros de
trabajos y sindicatos que se efectuaban en los CARONI, en fin de cuenta somos
mayariceros y no hay que esperar directivas para celebrar lo que queramos, solo
debemos luchar por no dejar morir lo vivido en estos días en la cancha que
lleva el nombre de uno de los más grande baloncestistas nacido en este
territorio, Francisco “Paquito” González Zaldívar, él merece ese digno
homenaje.
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