Introducción: El decano, maestro de maestros. Esas seis palabras constituyen los adjetivos calificativos más adecuados cuando se tiene que escribir del cubano Preston Gómez, el primer latinoamericano que dirigió a tres diferentes equipos en las Grandes Ligas, uno de los más grandes orgullos de América Latina, actualmente fungiendo como asistente de la gerencia general de los Angels de Anaheim.
Desde los tiempos remotos del beisbol se ha escrito que los buenos pilotos no necesariamente tienen que haber sido peloteros estelares y mucho menos astros.
La historia del cubano Preston Gómez refuerza esa teoría.
El hombre que abriera la brecha al beisbol latinoamericano al convertirse en el primer manager de las Ligas Mayores a tiempo completo, nacido en nuestras regiones, sólo participó en ocho juegos en la gran carpa.
Lo hizo en 1944 en la Liga Americana vistiendo la franela de los Senadores de Washington. Sus estadísticas muestran apenas siete turnos, dos hits, dos carreras impulsadas y dos anotadas, con promedio de bateo de .286.
Preston, cuyo nombre de pila es Pedro, se considera afortunado porque llegó a una organización emprendedora como es la de los Dodgers. Allí se le abrieron las puertas para dirigir en las Ligas Mayores.
Pero para que las puertas se abran hay que tocarlas. Gómez lo hizo llevando bajo su brazo credenciales como dirigente de los entonces famosos Havana Sugar Kings, acompañadas de hambre de triunfo, el talento, y la sabiduría necesaria para no dejar escapar las oportunidades.
En su natal Cuba aprendió los secretos que encierra el beisbol. Se empeñó en buscar la combinación adecuada de la teoría con la práctica. La encontró y la desarrolló con los Padres de San Diego, el primer equipo que dirigió en 1969.
"Siempre he dicho que a veces hay que estar en un lugar donde las puertas se le puedan abrir a uno. En ese momento estaba trabajando como coach con los Dodgers. El gerente era Buzzy Bavasi y cuando él se fue a San Diego me dio la oportunidad de dirigir", dice Preston.
Una época dificil
El veteranísimo dirigente perlantillano se siente orgulloso de haber escalado esa posición en una época en la que el racismo dejó huellas impregnadas de vergüenza en el beisbol.
Gómez admite que su color (es de tez blanca y de modales aristocráticos) contribuyó a que pasasen por alto a hombres más capacitados para dirigir en la gran carpa, pero que para infortunio de ellos tenían la piel oscura.
"Por ese asunto de la raza y el color se echaron a perder muchos latinoamericanos que tenían el talento para hacerse cargo de cualquier equipo. El que me viene a la mente es Lázaro Salazar", relata con tristeza Preston, quien desde hace más de una década funge como asistente de la gerencia general de los Angels de Anaheim.
Si hoy día el camino a las Ligas Mayores es sinuoso y con ciertos obstáculos, en esos tiempos había que disponer de la inteligencia, habilidad, ambición, paciencia y por supuesto, suerte, para alcanzar los objetivos deseados.
Reconocimiento a México
Sus años con el Havana Sugar Kings contribuyeron notablemente en su llegada al mejor beisbol del mundo, pero Gómez aclara que su carrera se la debe al beisbol mexicano.
"Antes de hablar del Sugar King tengo que reconocer que mi carrera se la agradezco a México. Cuando terminaba la temporada en Cuba, me iba a la Liga Veracruzana. Allí alternaba la segunda base y el campo corto con Beto Avila", recuerda.
"El señor Lázaro Penado me brindó la oportunidad de dirigir a los Cafeteros de Córdoba. Luego me fui a trabajar con los Rojos de México. Allí comencé mi carrera como manager", añade.
La llegada de Preston a los Rojos de México se debió al fallecimiento de Lázaro Salazar, uno de los máximos dirigentes de la pelota invernal cubana.
Dos exitosas campañas con los escarlatas (1957 y 1958), las recomendaciones del formidable umpire cubano Amado Maestri, que trabajaba en México, los buenos augurios del experimentado timonel Regino Otero y los comentarios favorables del estelar narrador cubano Cuco Conde obligaron a Bobby Maduro a entregarle a Gómez las riendas del Havana Sugar Kings en 1959.
"Tuve la suerte de ir a los playoffs de la Liga Nacional y ganar la Pequeña Serie Mundial al Minneápolis, que dirigía Gene Mauch [ex manager de los Angels]", relata Preston en relación a su paso por el famoso club cubano que fue dueño y señor de la Liga Internacional, a nivel triple "A".
"Ese ha sido uno de mis grandes momentos. Recuerdo que ganamos el título en el séptimo partido. Es algo inolvidable", afirma.
Los reportes de los scouts y los hechos reales de Preston Gómez con los Sugar Kings no pasaron desapercibidos por Al Campanis, todo un sabueso para captar el olor a éxito. Un año más tarde, Gómez era parte de la organización de los Dodgers.
"Dirigí dos años al Spokane en la Liga de la Costa del Pacífico. Allí tuve a peloteros del calibre de Frank Howard, Willie y Tommy Davis, Ron Fairly. Más adelante, todos ellos fueron estelares con los Dodgers", relata Gómez con un orgullo que contrasta con la sencillez de sus gestos.
Debuta con tres triunfos
Gómez, cuyo sobrenombre proviene de su lugar de nacimiento, el central azucarero Preston, provincia de Oriente, lleva consigo recuerdos satisfactorios de su extensa trayectoria en el deporte de las bolas y los strikes, entre ellos resaltan sus primeras victorias como timonel en la pelota más exigente del planeta.
"Tengo presente aún cuando ganamos tres juegos a los Astros de Houston. Era mi primera experiencia en las Grandes Ligas. Como San Diego era un equipo de expansión finalizamos la temporada con cien derrotas y en el sexto lugar. Había seis equipos. No podíamos quedar más abajo", dice Preston mientras soltaba una risa que tendía a carcajada.
Previamente le habían sonreído temporadas triunfales dirigiendo a los Cangrejeros de Santurce en la pelota invernal de Puerto Rico, y a los Tiburones de La Guaira en Venezuela. A ambas novenas las condujo al campeonato.
Pero tanto en el beisbol como en la vida misma se aparecen los sinsabores, y Preston Gómez no se escapó a ellos.
"Es triste y difícil dirigir a equipos de expansión. Lo hice por cuatro años con los Padres. Uno está consciente que se van a venir más derrotas que triunfos. Por eso el trabajo del manager y los coaches en esas situaciones es mantener alta la moral del equipo", confía el siempre caballeroso Preston.
"Para mí y cualquier otro manager, llegar al mes de julio sin la esperanza de alcanzar el promedio de .500 es sumamente difícil. Otra cosa amarga para un dirigente es tener que sacar a un lanzador que está tirando un juego sin hits ni carreras. A mí me tocó sacar a dos", agrega Gómez.
El estratega cubano hace una pausa para acomodar sus pensamientos y prosigue:
"Uno de ellos fue Clyde Kirby en el año 1971. Estábamos perdiendo 1-0 y llamé a batear de emergente, por él, a Cito Gaston. El otro fue Don Wilson, siendo yo dirigente de los Astros. Estábamos abajo frente a Cincinnati y lo tuve que sacar".
"Siempre he dicho que el trabajo de cualquier manager es ganar y no proteger los récords. Para mí eso fue muy duro. Kirby ya iba por el octavo inning y Wilson ya había lanzado dos no hitter. Uno no puede dejar que el corazón le dicte lo que va a hacer. El manager tiene que dirigir con la cabeza", analiza Preston, sin mostrar indicios de altivez.
"Los fanáticos me querían matar, sobre todo los de San Diego porque estábamos a 40 juegos del primer lugar. Pero era y es mi manera de pensar. Pudiésemos haber perdido 161 y si se presentaba esa misma situación lo hubiese hecho igual", recalcó.
Ahora, desde su alto cargo en la organización aureolada, Preston Gómez utiliza esa misma determinación para contribuir al desarrollo de los jóvenes peloteros latinoamericanos y recurre a su experiencia para orientar a la sangre joven que aspiran jugar en el mejor beisbol del mundo.
"Como latino que soy, les hablo y les doy los consejos necesarios. Les recalco las oportunidades que hay en el beisbol, no solamente de llegar a ser dirigente, sino como jugador y como persona. Les indico cómo deben comportarse. Eso es muy importante", subraya.
"No creo en la palabra minoría. Yo soy lo que soy y me siento muy orgulloso de haber nacido en Cuba, pero debemos comprender que estamos en un país donde las leyes y las costumbres son distintas. Uno tiene que llevar una línea recta para que lo respeten", puntualizó.
Un vistazo a Preston Gómez
Nombre: Pedro Gómez Martínez
Lugar de nacimiento: central azucarero Preston, provincia de Oriente, Cuba
Fecha: 20 de abril de 1923
Equipos que dirigió: Padres de San Diego (1969-1972); Astros de Houston (1974-1975); Cachorros de Chicago (1980)
Partidos: 875
Récord de ganados y perdidos: 346-529
Porcentaje: 395
Años como manager: 7
Cargo actual: asistente de la gerencia general de los Serafines de Anaheim.