martes, 2 de febrero de 2010

Dos grandes del balompié mundial; Di Stéfano y Beckenbauer


No podemos hablar de grandes futbolistas argentinos, sin antes detenernos en un jugador que en la década de los 50 resultó ser el mejor a escala mundial: Alfredo Di Stéfano.
La Saeta Rubia, como también se le conoce en el ámbito internacional, nació el 4 de julio de 1926 en Barracas, Buenos Aires, y se le considera entre los cuatro mejores jugadores de todos los tiempos junto a Pelé, Cruyff y Maradona.
Jugó su primer partido con el River Plate el 15 de julio de 1945, y precisamente con este equipo y junto a Hugo Reyes, José M. Moreno, Ángel Cabruna y Félix Loustan es que forman la famosa delantera -conocida por la Máquina- que tanto estragos causó a los equipos adversarios. Jugando con este plantel marcó en 60 ocasiones, casi en igual número de salidas al terreno.
Jugando con el River Plate, en la temporada del 1946, fue el máximo goleador con 27 goles en 29 partidos, siendo de aquí donde el periodista Roberto Neuberger lo bautizara como la Saeta Rubia -nombre que se le ha quedado hasta hoy día- por su rapidez, destreza y precisión en las jugadas,
A pesar de ser uno de los reyes del fútbol nunca militó en ninguna nómina de un campeonato mundial, sin embargo, diputó 6 partidos con la selección argentina, 4 con la colombiana y 31 con la española, siendo en esta última donde se convirtió en el máximo goleador de la historia de ese país, hasta que Emilio Butragueño lo superó en 1990.
Ante la huelga de los futbolistas argentinos en 1949, emigró a Colombia para jugar con el Millonarios de Bogota, llevando a este equipo a ser seleccionado como el de mejor rendimiento internacionalmente, al no perder un solo partido en el trayecto de todo ese año. Con este once anotó la sorprendente cifra de 267 goles.
Ha militado también en otros equipos, tales como Huracán, Barcelona y el Real Madrid a partir del 23 de septiembre del 1953, siendo en este último donde se llenó de su máxima fama a todo lo largo de su carrera deportiva.
En los 11 años que integró el Club Español Real Madrid conquistó una Copa Intercontinental, cinco Copas de Europa, ocho Campeonato de Ligas y uno de Copa, además de alzarse en cinco ocasiones con el trofeo de máximo goleador de la Liga Española. En todo este tiempo, en 510 partidos, estableció un record dentro del fútbol ibérico, al perforar la portería contraria en 418 ocasiones.
En los años 1957 y 1959 se le otorga el Balón de Oro como el mejor jugador europeo, y ya alejado como jugador profesional, se le entrega otro Balón, pero este en calidad de Especial, al ser catalogado por los especialistas como el de mejor rendimiento de todos los tiempos.
Entre sus grandes logros internacionales con la selección madrileña figuran las cinco Copas de Europa y una Copa Intercontinental. Su último partido oficial con el equipo merengue -el Real Madrid- fue el 27 de mayo del 1964 tras la derrotado 3 X 1 ante el Inter de Milán en la final de la Copa de Europa.
Di Stéfano se retira en 1966 y su cursar futbolístico fue tan relevante que el 5 de noviembre del 2000, el club que defendió por más de una década –el Real Madrid- lo declara Presidente Honorífico de dicho club y al estadio que inauguró el 9 de mayo del 2006, deciden denominarlo con su nombre.
Luego de su retiro se convierte en entrenador, y con los equipos argentinos Boca Junior y River Plate conquista un Campeonato Nacional con cada uno; en España, con el Valencia, una Liga Española y una Recopa de Europa y con el Real Madrid una Supercopa de España.
Su vida futbolística fue tan sorprendente que hasta el cine no lo pasó por alto y filmes como, Con los mismos colores, de Carlos Torres Ríos y música de Ástor Piázzola; Once pares de botas (1954), La Saeta Rubia (1956) y La Batalla del Domingo (1963) dan fe de su relevante cursar futbolístico.
Franz Beckenbauer...El Kaiser
Cuando al legendario, Edson Arante do Nascimento –Pelé- se le pidió su criterio sobre Franz Beckenbauer, su pequeña respuesta encerraba en sí una grande: sobre el campo siempre se caracterizó más por su inteligencia que por su fuerza. Era un futbolista más brasileño que alemán; mientras que Michel Platini, Presidente de la UEFA comentaba: Un hombre extraordinario, si no te gusta es que no estás bien de la cabeza. Estos fueron simplemente los comentarios de dos grandes del deporte de los tres palos.
Franz Beckenbauer nació el 11 de septiembre del 1945 en Munich, Alemania. Un buscador de talentos lo fichó a la temprana edad de 14 años, para luego, a los 19, hacerlo debutar en la Liga Alemana de primera división (1964).
En la Copa Mundial de Fútbol, Inglaterra 1966, asombró al mundo no sólo por la elegancia en todas sus jugadas, sino también por sus 4 goles en el certamen sin ser delantero, sino jugando la posición de defensa central. A partir de entonces modificó esta clásica posición por el de líbero creador que también tomaría parte del juego ofensivo.
Empezó jugando con el Bayern Munich y con este plantel conquistó la Eurocopa 1972, dos campeonatos con la Bundesliga (1972 y 1974) y dos Copas de Europa (1974 y 1976).
En la Copa del Mundo (1974), en la cual Alemania fue su anfitrión, se alzó con su trofeo en un histórico duelo contra la Naranja Mecánica del experimentado Johan Cruyff.
Algo que lo caracterizaba era la sencillez que le mostraba a sus compañeros de equipos, así como también a sus contrincantes. En reiteradas ocasiones acudía a la banca opuesta a saludar a los jugadores.
Sin su contribución habría resultado muy difícil que Alemania conquistada la Copa Mundial de la FIFA 2006. Como jugador fue campeón del mundo en el 1974 y como entrenador en 1990, méritos para que se otorgara la máxima autoridad organizativa de la Copa Mundial 2006.
Beckenbauer se convirtió en leyenda según los medios de prensa, sin embargo, esta se pronunció más cuando igualó -20 años después- con el brasileño Mario Zapallo, en ganar dos copas del mundo: una como jugador y otra como entrenador.
Un año después de su retiro, en 1984, regresa a la selección de su país en calidad de director técnico y, sin tener ningún tipo de experiencia en ello, lleva a la selección alemana hasta la Copa Mundial de Fútbol 1986 a celebrarse en México, donde fueron doblegados ante el potente once argentino.
Algo a destacar es que en el Mundial, México 1970, llegó a jugar con un brazo lesionado frente a los italianos y este resultó el mejor choque efectuado en todo el campeonato. En esta lid Alemania se alzó con el tercer puesto tras vencer a Uruguay en otro partido muy comentado por los especialistas.
Aunque muchos expertos dicen que Franz realizó muchas reformas en la posición de líbero, la más sobresaliente de ellas fue la fusion de la defensa con la ofensiva, innovación que hoy día llevan a cabo los jugadores que ocupan esta posición.
Ha sido presidente del Club Alemán FC Bayern Munchen, vicepresidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) y máximo organizador de la Copa Mundial del 2006.
En una ocasión, Sepp Herberger, seleccionador de las representaciones alemanas expresó: Es uno de los grandes de todos los tiempos, junto a Alfredo Di Stéfano y a Pelé. No se equivocó, Franz pasó a engrosar la lista de los Reyes del Fútbol.

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