¡Atiendan! El norteamericano John Conolly va a realizar su triple salto. Ya lo hace… A medir. Logró 13 metros y 71 centímetros. Dolor para sus principales rivales el francés Alexandre Tufferé(12.70), el heleno Ioannis Persakis(12.52) y el húngaro Alajos Szokolys(12.30). Conolly se ha convertido en el primer campeón olímpico de la etapa actual.
Mejor comenzamos por el principio. Abril 6 de 1896. Estadio de Atenas. El rey griego está más cerca de la historia que cuando dictó muchos de sus decretos. Expresa: “Proclamamos abiertos los Primeros Juegos Olímpicos de la era moderna”.
Competirán 285 deportistas de Alemania, Australia, Austria, Bulgaria, Chile, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Hungría, Suecia y Suiza. 180 representan a la nación que sirve de escenario. Programa de nueve disciplinas: campo y pista, lucha grecorromana, pesas, tiro, esgrima, tenis, natación, gimnástica y ciclismo.
Contra la lid se alzaron diversos obstáculos. Decenas de intrigas golpearon a Coubertin, el primer ministro griego Trikoupis hizo todo lo posible contra la celebración de la contienda, no pocas federaciones deportivas boicotearon, varios de los 13 países participantes por poco se retiran a última hora…Pero aquí están los Juegos.
DE NUEVO EN LA CONTIENDA
Sí, regresemos a la lidia. Final de los 100 metros planos. Tom Burke- Fritz Hoffman; Burke-Hoffman… ! Burke! Con 12 segundos exactos este estadounidense demuestra ser el más rápido de la cita. El germano debe conformarse con finalizar segundo a pesar de conseguir el mismo tiempo. Tercero: el húngaro Szokolys. El ganador de esta prueba no se conforma y alcanza la victoria en los 400 lisos con 54.2, seguido de su coterráneo Herbert Jameson, con 55.2, y Hoffman.
Un momento…La instalación ha sido invadida por la risa. Robert Garret (EE.UU.) ha hecho el ridículo en el lanzamiento del disco: en dos ocasiones su implemento ha caído casi a sus pies. Al frente, los griegos Panagiotis Paraskevopoulos y Sotirius Versis, con 28 metros y 95 centímetros y 27.78 Volvamos con Bob. Las bocas preparadas para las car… El envío las ahoga. Con 29.15 se impone el antes burlado. En su especialidad triunfa sin problemas con balazo de 11.22. Resulta segundo en salto largo, solo superado por su coequipero Ellery Clark 6. 35 por 6.19. Conolly ancló en bronce: 6.11. Hay espacio en el pecho de Robert para otro premio: plata en salto alto con 1.72, abrazado con Conolly; Clark, con 9 centímetros más, se hace del galardón dorado.
Los de EE.UU. obtienen casi todas las pruebas del atletismo. Integran el potente conjunto cuatro estudiantes de la Universidad de Princenton y cinco bostonianos. Muestran excelente preparación física y una técnica muy superior. Y únicamente Burke ha sido as de su nación. No es casual: Estados Unidos de Norteamérica es uno de los países más desarrollados del orbe. Crecido sobre la base de la miseria material y espiritual de las mayorías, el yanqui es un imperialismo nuevo que, como Alemania, arriba al escenario cuando hay un montón de actores europeos cansados y desea una mejor tajada del mundo. También en el deporte tiene masividad y avances científico- técnicos mayores e ímpetus especiales. Cuando negociantes y políticos se den cuenta del filón propagandístico y comercial que ofrecen las contiendas olímpicas, sabrán aprovecharlas mucho más.
MARATÓN: LOS GRIEGOS NO PODÍAN PERDER
Maratón. ¡Por fin, alegría ateniense! Uno del patio, Spiridon Louis, triunfa. Sus oponentes más fuertes van cediendo. A los 25 kilómetros abandona Arthur Blake, de USA. A los 32, explosión del francés Albin Lermusiak. Adiós del australiano Edwin Flack a los 37: no pudo repetir su dicha de los 800 (2.10), el magyar Nándor Dáni y el griego Dimitrios Golemis como encarnizados rivales, y los 1 500 metros (4.33.2.); en esa última distancia, Blake y Lermusiaux obtuvieron plata y bronce.
Louis se ha convertido en medalla de oro, felicidad, besos, abrazos, aplausos, entrevistas: “Soy cartero y ese trabajo de recorrer calles y calles me sirve de entrenamiento. Grecia no podía perder este primer maratón. Cuando en medio de la carrera paré y me tomé un vaso de vino en un bar, lo dije: Filípides no ha sido olvidado por nosotros: mi victoria será el recuerdo de los griegos a aquella hazaña” Con 2 horas y 50 segundos en los 42 kilómetros y 195 metros establecidos, Louis ha logrado, según los expertos, la mejor marca en la apertura del clásico.
VENCE EL OLIMPISMO
En pesas dominaron daneses e ingleses; en ciclismo, los galos; en gimnasia y lucha, los alemanes; en tenis, los británicos; en natación, los húngaros; en tiro, los de la sede y los de Estados Unidos, estos arrasaron en el campo y la pista; la esgrima, para los helenos. Los norteamericanos, a la vanguardia del medallero con 11 de oro, 7 de plata y 2 de bronce: 20. Ocupan el segundo los de la sede con 10-17 y 19 (46) y el tercero es para los alemanes: 6-5-2.
Al finalizar las competencias, Coubertin tiene que enfrentar un nuevo peligro: el gobierno griego pretende que Atenas sea el escenario permanente de los Juegos. Pierre responde por carta al monarca: “Quiero que mi primer acto sea exponer mi agradecimiento en la persona de su augusto soberano, a toda Grecia… “y por ahí seguía sin mencionar la pretensión: equivalía a un no aunque muy diplomático. Otra victoria del rescatador del olimpismo.(Tomado de CubaSi)
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