martes, 18 de mayo de 2010

Grandes figuras en los mundiales de fútbol: DAVOR SUKER

Resulta imposible mencionar el nombre de Davor Suker sin remitirse de manera automática a 1998, cuando un esbelto delantero hizo soñar a una nación entera.

Suker nació en la antigua república yugoslava de Croacia, el primero de enero de 1968.

Tres décadas después y cientos de goles más tarde llegaría al evento que lo bautizó como El Mago de Osijek, región que vio en él al más grande de sus hijos.


Croacia, un país de nueva formación, y Francia como escenario, eran el origen y destino del espigado ariete. El primero depositaba en él su esperanza mundialista, mientras el segundo repetía como sede de una Copa del Mundo.

Al goleador croata se le hizo difícil brillar en los anteriores certámenes, pues en 1990, con 22 años, acudió con Yugoslavia a la lid italiana, pero no jugó un solo minuto, mientras en 1994 su selección no clasificó a la competición.

En suelo galo, el artillero se estrenó como anotador mundialista contra la modesta Jamaica, sellando un 3-1 favorable a los balcánicos, y seis días después repitió la hazaña con un tanto solitario que les permitió imponerse a Japón.

El tope contra Argentina, en la fase grupal, fue el primer revés sufrido por los croatas, que volvían a la realidad tras dos partidos imbatidos, lo que no influyó en su pase a octavos de finales.

Durante la fase eliminatoria, Suker anotó contra Rumanía el penal que les llevaría a enfrentar a la temible Alemania de fines de siglo.

El Mago y sus compañeros no sucumbieron a semejante presión y el artillero del Real Madrid cerró el imponente 3-0 que los transportó a semifinales.

La Francia de Zidane hizo añicos las aspiraciones del plantel croata, que pese a celebrar el gol inicial de Suker, perdió 1-2 contra los anfitriones.

Como consuelo, otra diana suya los convirtió en medallistas de bronce, un hito inimaginable para la joven selección antes de la justa.

Suker fue el máximo goleador de ese Mundial, la confirmación de que los grandes jugadores no siempre pertenecen a grandes equipos, pero no pierden esa estela de éxito que les acompaña. (Tomado de Prensa Latina)

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