Velocidad increíble, fina conducción del balón y una pasmosa habilidad para perforar las redes rivales fue todo lo que necesitó el brasileño Romario para convertirse en uno de los más letales delanteros de la historia.
Bautizado Romario Da Souza Ferreira en su natal Río de Janeiro, el 29 de enero de 1966, el astro inició su carrera futbolística en el Vasco de Gama, donde marcó 80 goles en tres temporadas, lo que le permitió dar el salto al PSV Eindhoven holandés y más tarde al Barcelona español.
En las filas del club catalán el hábil ariete se convirtió en uno de los mejores jugadores del planeta, pero ninguno de esos méritos a nivel de clubes superaría su carrera con la selección brasileña, en la que debutó en abril de 1987.
Desde entonces O Baixinho sería considerado máximo exponente del balompié en su país.
Su periplo en las Copas del Mundo llegaría tres años después de su debut con la canarinha, en Italia-1990, donde no pudo estar al tope debido a una seria lesión que lo relegó al banquillo como cambio de su Careca. Aún así marcó su primer gol en ese evento.
Dotado de ese carácter ganador propio de los genios del balón, no perdió su ímpetu y, ya establecido como titular indiscutible en la selección, arribó a Estados Unidos-1994 convencido de que para pasar a la posteridad debía hacer lo que mejor sabía: marcar goles.
Romario no defraudó y formó, junto a Bebeto, una de las más efectivas parejas atacantes del orbe. Rusia, Camerún y Suecia fueron víctimas de la excelente exhibición goleadora del carioca, que le anotó un gol a cada uno durante la fase de grupo.
En las etapas de eliminación directa encuentra las redes contra la temible Holanda de Dennis Bergkamp y otro contra el once sueco.
En la final Brasil se impuso a Italia en la tanda de penales, en la cual los auriverdes no desaprovecharon los fallos del zaguero Franco Baresi y el artillero Roberto Baggio, para alzarse con su cuarta Copa Mundial.
El natural de Río de Janeiro terminó su último torneo mundialista con cinco goles, por lo cual se le otorgó el Balón de Oro de la FIFA ese año, un reconocimiento digno de esos jugadores que demuestran su valía cuando son necesarios.(Tomado de Prensa Latina)
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